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¿Planea tomar un vuelo en Estados Unidos llevando consigo el apoyo emocional que le brinda un pavorreal o un hámster? Imposible. Pero sí puede llevar un perro de servicio, o incluso dos, según decidieron recientemente los reguladores de aerolíneas estadounidenses.

El Departamento de Transporte de Estados Unidos emitió el miércoles una norma sobre qué tipo de "animales de servicio" deben acomodar las aerolíneas a bordo de los vuelos en el país.

La práctica de volar con una mascota como apoyo emocional ha aumentado exponencialmente en los últimos años, con viajeros que buscan abordar las naves con todo tipo de ayudas no humanas para la salud mental: cerdos, loros, monos, patos, un pavo real, e incluso un caballo miniatura.

Esto ha representado un desafío para las aerolíneas, presionadas por los defensores de la salud mental para acomodar a esos viajeros.

Pero según el Departamento de Transporte existe un aumento de las perturbaciones a bordo por "especies inusuales" y animales que se comportan mal, "lo que ha erosionado la confianza del público en los animales de servicio legítimos".

Así, las autoridades determinaron que solo el mejor amigo del hombre, los caninos, califican como "animales de servicio" para permisos especiales de embarque con el objetivo de acompañar a personas con discapacidades físicas, psiquiátricas o mentales.

El resto de los animales serán considerados "mascotas".

La norma define a un animal de servicio como "un perro entrenado individualmente para realizar un trabajo o tareas en beneficio de una persona con discapacidad".

Eso significa que las aerolíneas requerirán formularios del Departamento de Transporte que garanticen la salud y el entrenamiento del perro, y para los vuelos largos, que el perro esté capacitado para no orinar o defecar en la nave, "o para hacerlo de manera sanitaria".

Una persona que cumpla con estos requisitos puede traer hasta dos perros de servicio a bordo.

Para las otras especies de animales, aún queda una opción: los viajeros pueden llevar a bordo pequeñas mascotas en jaulas, debajo de sus asientos, a discreción de la aerolínea que a menudo cobra una tarifa extra.